Expectativas para el año que se inicia

Y se terminó un capítulo mas….

Se inicia un nuevo año

Luego de doce meses que cambiaron el mundo (literalmente), tenemos un nuevo libro en blanco para comenzar a escribir.

¡¡¡Vamos por el año que se inicia!!!!

Todo tiempo pasado fue mejor…..

Hemos escuchado, y quizás repetido, a veces en broma, otras un poco en serio, muchas veces esta frase, siempre tomándola como una exageración.

Hoy podemos decir a la vista de lo que aconteció durante el 2020 que en cierta forma tiene más sentido del que creíamos.

Sería redundante entrar en detalles, pero la mayoría de nosotros se amoldó a cosas impensadas 2 años atrás.

¿Podemos hacer que el tiempo futuro sea mejor?

Fueron experiencias totalmente nuevas, mi impresión es que se afrontaron los cambios con mucha valentía.

Hoy tenemos una gran base, el cambio ya comenzó, queda solamente comenzar a pulir detalles.

Hemos redescubierto lo bueno de las cosas simples, y podido separar lo más superfluo de lo realmente importante.

Muchos vieron que la tecnología es más amigable de lo que parece, y aprendieron a utilizarla para transitar mas cómodamente su día a día.

Esto nos ha permitido mejorar en forma real parte de nuestra calidad de vida, por supuesto dentro del contexto de excepcionalidad de estos tiempos.

Poder mirar atrás

A nivel individual y como sociedad nos haría muy bien mirar sinceramente en la historia, tanto reciente como no tanto, respecto de hechos similares, y sinceramente proponer el cambio, sin esperar alguien que nos indique qué hacer.

Es cierto que todo grupo necesita quien los guíe, la realidad a nivel global parece ser que ninguno de los «líderes mundiales» parece estar a la altura de lo que el momento exige.

Todos solicitan «responsabilidad social», y, salvo contadas excepciones parecen creer que ellos están por encima del resto y por lo tanto este pedido no los incluye y no tienen por qué liderar con el ejemplo.

Entonces, mirando hacia atrás, vemos que podemos solicitar con el mismo poder que los llevó a sus puestos, pedir un recambio, por supuesto por los medios legales de cada país y partiendo del punto más importante:

Involucrarnos y aprender a elegir, a partir de los niveles más bajos hacia arriba, no solamente participar con un voto eligiendo a quien en esa instancia con suerte «puede ser el menos malo».

En definitiva:

Está en nuestras manos poder hacer que todo tiempo futuro sea mejor.

Si bien en principio en forma forzada y muy deprisa, el primer paso ya ha sido dado.

Nos resta un largo camino, está en nuestras manos mejorar o no, sigue un pequeño resúmen:

  • Tuvimos que cambiar muchas formas de trabajo, fue, es y seguirá siendo duro por un tiempo, vimos que podemos.
  • La cultura del consumo que nos han impuesto como el camino a la felicidad se vio frenada casi de golpe, y vimos que podemos vivir sin la última prenda de moda, pero no sin los viejos afectos de siempre.
  • La educación tradicional también sufrió cuestionamientos en muchos de sus principios, y , en muchos lugares y contra todo pronóstico, quienes mayores inconvenientes mostraron tener fueron justamente quienes tienen la gran responsabilidad de enseñar.
  • Las generaciones que, supuestamente, iban a sufrir más, los mayores han resultado ser quienes mejores pudieron adaptarse.

Queda el punto más importante:

Vemos en las generaciones jóvenes algunas veces lo que se quiere indicar como «falta de responsabilidad social», no siempre es cierto, pero siendo muy sinceros, ¿Quiénes han sido los responsables de su educación tanto familiar como social? Nosotros.

Sigamos avanzando para corregir las cosas que podamos no haber hecho tan bien, para que realmente les dejemos a nuestros descendientes la posibilidad que digan «qué suerte tenemos de tno haber vivido en aquellas épocas»….

Tenemos un nuevo libro completo para escribir, no sigamos desperdiciando hojas….

Cuál es tu opinión?

Todo tiempo pasado fue mejor?

Podemos mejorar lo que está por venir?

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Solidaridad y pandemia, educamos bien a nuestros hijos?

¿Fuimos educados y tratamos de formar a nuestros hijos para lograr una sociedad solidaria?

Al día de hoy casi nadie duda de los cambios que hemos hecho en nuestros hábitos cotidianos dese la irrupción del Covid-19.

Desde un cierre total en casi todos los países al encierro en nuestros hogares para cumplir cuarentenas.

No salir de nuestras casas salvo para lo imprescindible, evitar la cercanía con otras personas, movernos bajo protocolos sanitarios estrictos.

Todos estamos de acuerdo en tratar de no contagiarnos y que no se contagien nuestros seres queridos, actitud instintiva y solidaria con los nuestros, sin lugar a egoísmos.

Llega la nueva normalidad

Luego de pasado el primer susto y ver que se pudo lograr un cierto control, como paso siguiente las autoridades permiten salir parcialmente del encierro de nuestras casas, bajo nuevos protocolos para volver a relacionarnos en los diferentes ámbitos con nuestros semejantes.

Tenemos nuevas normas para un comportamiento responsable en la calle

Y aquí comienzan a observarse actitudes respecto de nosotros y el resto.

Podemos salir nuevamente, con cuidado, para no contagiarnos.

Queremos esto para nosotros, pero, ¿cuidamos de la misma manera a nuestros semejantes?

Distanciamiento social

Lo respetamos?

Por etapas comienzan a retomarse las actividades, salir con nuestros hijos que tanto lo necesitan (y nosotros también), apertura de negocios, autorizaciones para caminar, correr (tomando recaudos), ir a los gimnasios.

Como noticia a nivel mundial destaca el rápido relajamiento de las normas de higiene indicadas, en los parques donde se puede ver gente reunida en pequeños grupos (donde en principio no son actividades permitidas), bares donde hay más gente que la indicada en los protocolos sanitarios, reuniones en casa en grupos más grandes que los permitidos.

El mensaje no verbal que transmitimos es:

Si yo no estoy enfermo, no es necesario que me cuide tanto, total no voy a contagiar a nadie.

Sentir que porque aparentemente estamos sanos hace que se relajen las precauciones a tomar

No podemos tener la seguridad de estar totalmente sanos, lo que debería levar a la pregunta: con quien me cruce en la calle, ¿estará sano?

Todos en mayor o menor medida tuvimos este pensamiento, más allá de ello el punto es que llevarlo a la práctica denota un desapego por nuestra salud y la de los seres con los que convivimos, así como una falta de respeto y cuidado con quienes eventualmente nos podamos cruzar.

Luego, a pesar que no nos cansamos de repetir que como sociedad hemos evolucionado mucho, en estos momento críticos observamos que nuestra esencia no ha cambiado respecto de hace 200 o 300 años, sigue prevaleciendo lo individual sobre lo colectivo, lo vemos en grupos de todas las edades.

Resulta llamativo que quienes tienden a ser menos considerados con el prójimo son relativamente jóvenes, en un rango etario donde se consideran respetuosos y comprometidos con el entorno a nivel ecológico, por supuesto que no es norma general.

En cierta forma nuestra «evolucionada» sociedad de la tolerancia y el respeto se muestra como egoísta y discriminadora, y al enfermo se lo ve como un ser maligno que desea nuestro mal solamente.

No es un hecho nuevo, el pensamiento individual ha existido desde que el hombre es hombre, y ha sido popularidada en la teoría del «hombre como lobo del hombre» de Thomas Hobbe.

Este individualismo ha ido en aumento muchas veces auspiciado por mensajes de consumismo donde lo fundamental es ser diferente al resto, la mayoría de las veces por la posesión de cosas materiales y relativamente superfluas, en lugar de poder diferenciarnos a partir de nuestro desarrollo interior.

Como reflexión podemos decir que no hemos crecido a nivel social para cuidarnos entre todos más que lo justo y necesario, y consciente o inconscientemente es lo que transmitimos a nuestros hijos, y es en esta «nueva normalidad» donde se observa en toda su plenitud.

EL ritmo diario no nos permitía ver esta actitud que se observa en todos los ámbitos: político, laboral, social…..

Por supuesto que no todos actúan de esa manera, estamos ante un momento que desde mi punto de vista puede ser excelente para que entre todos podamos gestionar seriamente un gran cambio, comenzando si aún no lo has hecho o avanzando con nuestras actitudes con nuestros semejantes.

Cabe aclarar que esta nota en ningún momento tiene la intención de juzgar a nadie, desde el momento que quien escribe también debe estar permanentemente atento a tratar de tener actitudes responsables para con el resto

Todos somos propensos a tener momentos de dispersión respecto de actitudes nuevas para todos.

En conclusión:

¿Podremos hacer que realmente esta «nueva normalidad» sea el puntapié inicial para una «nueva comunidad»?

Creo que lentamente podemos reforzar el cambio

¿Tú qué opinas?

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