Balance de un año atípico

Y llega el momento en que debemos cerrar el libro, para comenzar a escribir las páginas del nuevo…..

Ha sido un año atípico, por donde se lo mire.

Si pudiéramos pararnos en cualquier punto del planeta, el panorama no sería muy diferente a lo que vemos en el lugar donde vivimos, con pequeñas variantes, pero muy similar en cuanto a lo vivido.

Una forma de vivir como comunidad que no ha variado durante siglos se vio trastocada de la noche a la mañana.

Con justa razón pueden decir que esto ya ha pasado antes, pero convengamos que ha sido la primera vez que la vive todo un planeta en forma simultánea, no en regiones aisladas.

Salvando las distancias podemos decir que «tuvimos que volver a las cuevas», para protegernos de un monstruo.

Muchas cosas pasaron en muy poco tiempo, para las que no estábamos preparados:

  • Vivir confinados en nuestros hogares (en mayor o menor medida)
  • Cambiar nuestras rutinas
  • Se alteraron las rutinas de trabajo (cosa muy grave en muchos sectores)
  • Se redujo el contacto social a lo mínimo indispensable, siendo el más agobiante el referido al aislamiento de nuestros mayores
  • Hemos perdido a seres queridos o amigos

Como todo, deja una enseñanza

A pesar de ser muy dramático lo que sigue sucediendo, desde mi punto de observación hemos aprendido ( o re-descubierto) lo afortunados que somos:

El consumismo por sí mismo no es importante para nada para vivir

Posiblemente se hayan frustrado proyectos de grandes o pequeños viajes, pero pudimos conocer el interior de nuestros seres queridos

No tenemos lo último de la moda, tecnología, etc., y no nos afecta, es más, nos damos cuenta que estamos mejor.

Si bien se ha complicado y mucho la cuestión laboral se ha podido ver que por suerte no hay nada estático, se han implementado cambios antes impensados, y la aceptación ha sido muy buena de parte de todos los involucrados, pues les ha permito combinar mucho mejor trabajo y vida personal

Lo más importante: Valoramos el hecho de despertarnos día a día, de estar rodeados de quienes queremos y nos quieren, reforzar lazos de amistad (aunque sea a al distancia y e forma virtual), descubrir que a través de Internet se puede conocer gente que aunque viva en el extremo opuesto del mundo, tiene pensamientos e intereses muy similares a los nuestros.

Me permito tomar robado un texto que me llegó y que indica que es una antigua plegaria hebrea (no tengo información de quién la ha escrito):

Que tus despertares te despierten. Y que al despertarte, el día que comienza te entusiasme.

Y que jamás se transformen en rutinarios los rayos del Sol que se filtran por tu ventana en cada nuevo amanecer.

Y que tengas la lucidez de concentrarte y de rescatar lo más positivo de cada persona que se cruce en tu camino.

Y que no te olvides de saborear la comida, detenidamente, aunque «solo» se trate de pan y agua.

Y que encuentres algún momento durante el día , aunque sea corto y breve, para elevar tu mirada hacia lo Alto y agradecer, por el milagro de la salud, ese misterio y fantástico equilibrio interno.

Y que logres expresar el amor que sientes por tus seres queridos.

Y que tus brazos, abracen. Y que tus besos, besen.

Y que los atardeceres te sorprendan, y que nunca dejen de maravillarte.

Y que llegues cansado y satisfecho al anochecer por la tarea satisfactoria realizada durante el día. Y que tu sueño sea calmo, reparador y sin sobresaltos.

Y que no confundas tu trabajo con tu vida, ni tampoco el valor de las cosas con su precio. Y que no te creas más que nadie, porque, solo los ignorantes desconocen que no somos más que polvo y ceniza.

Y que no te olvides, ni por un instante, que cada segundo de vida es un regalo, un obsequio, y que, si fuésemos realmente valientes, bailaríamos y cantaríamos de alegría al tomar conciencia de ello.
Como un pequeñísimo homenaje al misterio de la vida que nos acoge, nos abraza y nos bendice.

Muchas cosas nos han pasado en tan poco tiempo, mucho hemos aprendido, quizás nos dio el empujón para comenzar a transitar nuevos caminos.

Es mi deseo que tengan un muy buen comienzo del 2021 y que se cumplan todos tus deseos y alcances las metas que te has propuesto.

Gracias por ser parte de este blog, espero tus comentarios del balance de tu año, y me hará muy feliz si te suscribes y compartes la nota.

Los adultos y las ganas de aprender

Quién no tiene algún interés en un tema específico?

Cualquiera sea el tema, todos tenemos una o varias «asignaturas pendientes», ganas de aprender algo nuevo, y muchas veces por diferentes motivos dejamos para «más adelante»…

Dejando de lado los aprendizajes necesarios para nuestro desenvolvimiento laboral, siempre nos queda en algún lugar de nuestro ser aquello que siempre nos gustó, quizás nuestra vocación oculta o reprimida, quizás algo que no teníamos en cuenta y un día descubrimos.

Luego, un día, casi sin darnos cuenta, notamos que «tenemos algo de tiempo libre», o sentimos que no tenemos nada para hacer, y nos abraza algo así como un sentir de «estar aburridos»…

No importa la edad, siempre estamos a tiempo de aprender algo nuevo

Si estás en este punto hay muy buenas noticias

Es posible que estés en el momento en el cual empieza a haber un estado de balance, donde, si bien todo el trajín diario sigue estando con igual o mayor intensidad, notas que te debes un momento para estar bien contigo mismo.

¿Y entonces?

Es el momento de revisar las listas de pendientes, con especial atención a lo que nos gusta y hemos postergado.

Un curso, iniciar una carrera, algún hobbie, tocar un instrumento……

O lo que te haga sentir mejor.

Aparecen los fantasmas

Independientemente de tu edad, es muy probable que ni bien te planteas un nuevo desafío surjan posibles barreras internas para intentar sabotear tus planes.

Una de ellas (quizás la más recurrente) es: ¿Empezar algo a esta edad?

Quizás se trate de la pseudo- limitación más importante que aparece, tanto de nuestra propia persona como del entorno.

Años atrás hubiera sido un limitante tanto o más grande que cualquier impedimento físico, la consigna era luego de terminado el período escolar y convertirse en adulto no hay nada más que hacer que trabajar, no se puede aprender nada más nuevo, hoy en día vemos a diario que no es así.

Basta con buscar información respecto de actividades que se realizan a cualquier edad dentro de la etapa adulta:

  • Realizar actividad física o deportiva
  • Completar los niveles educativos que nos pudieran haber quedado pendientes
  • Tomar cursos nuevos
  • Comenzar una carrera con niveles de estudios superiores o completar la que por diferentes motivos se tuvo que dejar de lado

En cualquiera de estos apartados (u otros) lo que antes se tomaba como excepcional y era nota en periódicos hoy es bastante común, más de lo que podemos suponer.

En la línea de largada

Hagamos un breve repaso:

  • Comenzamos a sentir que hay momentos en los que estamos como «aburridos»
  • Esto nos permite deducir que en nuestro día a día disponemos de un tiempo que antes no teníamos ó no supimos ver
  • Tenemos una lista de gustos pendientes para regalarnos

Luego, no tenemos excusas, es cuestión de dar el primer paso.

Está visto y demostrado que el cerebro nunca se estanca, les dejo una nota al respecto para que vean.

Quizás todavía puedas suponer que por ser adulto se van perdiendo capacidades, según indican los especialistas esto no es cierto, lee esta nota al respecto.

Ser adulto y seguir teniendo ganas de aprender no son incompatibles, todo lo contrario.

Para recorrer cualquier camino siempre es necesario comenzar con el primer paso

Sí puede ser que los tiempos necesarios sean un poco diferentes, pero, ¿Quién nos apura?

Es cuestión de «cambiar el chip» y comenzar.

Tal como reza un viejo dicho:

«El camino más largo comienza con un paso».

En lo personal trato de no olvidarlo, me ha dado muchas satisfacciones.

Si todavía no has dado el primer paso, te invito a darlo dejando tus comentarios al respecto, y cuáles son los desafíos que te propones.

Si ya lo has dado me agradaría que compartas tus experiencias.

En los comentarios puedes realizar alguna consulta o alguna duda.

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Adolescencia tardía y nuestra intimidad

Ventajas y desventajas de los avances de la ciencia

Más allá de los inconvenientes que surgen en el día a día, somos protagonistas de grandes avances en todos los aspectos de nuestra vida, en cantidad y calidad, con un ritmo que hasta el momento no se había registrado.

Son cambios que se observan en todos los aspectos:

  • Salud
  • Tecnología
  • Sociedad

La combinación de estos tres puntos trae aparejada mejoras sustanciales en lo que respecta a calidad de vida en general.

Uno de los hechos más destacables es llegar a superar la barrera de los 50 años gozando de un estado de salud y vitalidad impensadas hace no más de 20 o 30 años.

Este incremento es bastante uniforme en todos los rangos de edades, a tal punto que hoy en día se están corriendo los márgenes hasta cuándo dura la adolescencia.

Como consecuencia, y también en parte por nuestro interés en que nuestros hijos puedan tener un mejor futuro (vía estudios) se va retrasando el momento en que toman el camino de su independencia y deciden vivir en su propio hogar.

Pero todo tiene un lado inconveniente:

Se da el caso que no terminan nunca de decidir construir su propio camino, con lo que siguen estando con nosotros.

Luego surge, sobre todo en nosotros los mayores, sentimientos encontrados:

  • Por un lado queremos que sigan en casa.
  • Por otro, hay momentos en que se siente necesaria cierta intimidad con la que se piensa «para cuando los chicos sean grandes y tengan su propio hogar».

Al hablar de intimidad me refiero a cualquier tipo de actividad que queramos realizar, sin preocuparnos respecto de horarios o planes.

Es un tema del cual se ha hablado y se habla mucho, en casi todos países del mundo, en mayor o menor grado.

La extensión del período adolescente les permite tomar determinados riesgos que pueden estar en contra de nuestro deseo de intimidad con nuestras parejas

Esto es bueno o es malo?

Es una pregunta cuya respuesta no está cerrada todavía, ya que tiene opiniones a favor y en contra.

Como puntos positivos podemos citar:

  • El apoyo que les podamos brindar les permite una mayor libertad a la hora de realizarse (por ejemplo tienen mejor identificados los contextos laboral y personal por lo que no necesariamente deben atarse a un trabajo que no los satisfaga).
  • No tienen inconvenientes en buscar oportunidades laborales en sitios lejos de su hogar.
  • Las relaciones de pareja las toman de forma diferente, cambiando el concepto de «para toda la vida»…

Como contrapartida, lo pueden realizar a sabiendas que en casa siempre habrá un lugar «por cualquier contingencia», por lo que se está expuesto a perder esa intimidad de la que hice referencia al inicio de la nota.

Somos entonces culpables de que pueda suceder algo que en el fondo no deseamos?

Más que de hablar de culpas me parece mas lógico hablar de «responsables».

¿Qué quiero decir con esto?

Aunque parezca una obviedad, sabemos que nunca los vamos a dejar librados a su suerte, siempre estará nuestro apoyo, en las buenas o en las malas.

Lo que muchas veces no hacemos es expresar claramente nuestras inquietudes a futuro, indicándoles que es su responsabilidad tomar su propio camino, y que deben asumir los resultados, sean buenos o malos, de la misma forma que nosotros lo hemos hecho en su momento (por supuesto que sabemos que aunque no se lo digamos las puertas siempre estarán abiertas).

Resumiendo

Está en la forma en que guiemos a nuestros hijos (sobre todo con el ejemplo) para que todos, de forma tranquila podamos disfrutar nuestra intimidad sin perder los vínculos familiares.

Dejemos claro estos aspectos para una mejor calidad de vida familiar.

Si tienes alguna duda o consulta, y si te ha gustado la nota házmelo saber en los comentarios.

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Salud y autonomía

Qué estás haciendo para mantenerlas?

En la nota anterior ya estuvimos analizando globalmente lo que nos preocupa a todos, en mayor o menor medida son los mismos temas

Dentro de lo que nos puede llegar a inquietar, hay dos temas que están íntimamente ligados: Nuestra salud y cómo puede verse afectada nuestra autonomía.

Mientras no tengamos ninguna dolencia damos por sentado que somos totalmente autónomos.

Incluso aunque tengamos alguna molestia (que presuponemos temporaria), agradecemos alguna asistencia sabiendo que luego de un par de semanas cuando mucho volvemos al ruedo sin inconvenientes.

Pero, (y casi todo tiene un pero), en la medida que aumentan nuestras responsabilidades a nivel familiar o bien seguimos sumando años comienza a rondar con mayor frecuencia en nuestras mentes ¿qué puede pasar si….?

Y entonces?

Empezamos a considerar que quizás no seamos eternos ni indestructibles, y muchas veces nos viene a la mente la posibilidad de no poder ser tan autónomos como nos gustaría.

Esto sumado a la realidad de nuestra sociedad: hogares de tamaño reducido (o justo), que muchas veces se tornan un lugar casi de paso, entre el ritmo de la vida diaria y la necesidad de no quedarse en los ratos libres dado el escaso espacio, sobre todo en el caso que convivan varias personas.

Con la llegada de la pandemia salieron a la luz detalles que antes no supimos o no quisimos ver en este aspecto:

Muchos de los espacios para gente que pudiera necesitar asistencia (para gente de cualquier edad, no estoy hablando de hospitales) no están preparados para estas situaciones, y los entornos familiares en la mayoría de los casos no cuentan con espacio suficiente.

Esto quizás lo hayas experimentado si tienes familiares de más edad que no pueden convivir contigo.

Si bien sabemos que en determinado momento en el futuro podremos necesitar ayuda externa para el día a día, está en nuestras manos seguir de la mejor forma posible.

Hay infinidad de fórmulas y consejos para ello, particularmente no soy de dar consejos (siempre tenemos la solución perfecta a temas que la mayoría de las veces no hemos vivido), solamente puedo sugerir en base a cosas que hago.

Me he tomado la costumbre de realizar ciertos actos que al momento me permiten tener los resultados que busco:

Los dos primeros puntos me permiten seguir con el tercero, en mi caso realizar alguna actividad física y algo de tareas manuales, también lectura o escuchar música.

Por supuesto quizás pienses «claro, es para gente que no tiene nada»…

Dentro de las posibilidades y/o limitaciones que todos tenemos, siempre podemos tomar alguna acción para mantenernos lo más autónomos que podamos ser y estar un poco mejor cada día.

En mi caso particular me permite estar en las mejores condiciones posibles, y, sobre todo, mantener una vida sin mayores complicaciones que las ya conocidas.

Visitar al médico, una correcta alimentación y actividad nos ayudan a mantener la autonomía.

También me permite que la idea de no poder ser totalmente independiente en algún momento si vaya integrando lentamente en mi conciencia, sin que me genere conflictos internos ó me absorba tanto que no me permita estar tranquilo.

Un punto muy importante a tener en cuenta es que estoy hablando de la posibilidad de poder ser autónomos en nuestra vida diaria, sea cual sea nuestra edad, y no de vida independiente, abarcan conceptos bastante diferentes aunque puedan parecer términos similares.

Con la llegada de los años, podemos seguir manteniendo nuestra autonomía dentro de las posibilidades de cada uno.

En definitiva, si bien a futuro es muy probable que pueda perder autonomía, trato de manejar todo de forma que, llegado el caso, no sea un hecho más incapacitante de lo necesario

Y tu, estás tomando alguna acción?

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¿Qué nos preocupa?

Nadie está exento de esto, sea cual sea la edad, lugar donde vivimos, posición económica o nivel cultural.

En algún momento del día salen a la luz.

Son las preocupaciones.

En general, en mayor o menor medida a todos nos rondan en la mente los mismos temas; adicionalmente este año se sumaron preocupaciones por hechos que durante nuestra vida nunca los tuvimos en cuenta o si los tuvimos en cuenta no le dimos demasiada importancia hasta que realmente empezaron a escasear para todos.

Estoy hablando de:

La salud.

La libertad.

Nuestra economía personal.

La salud.

En general nos preocupamos por ella, la mayoría un poco como un tema menor al que no se le da tanta importancia (siempre creemos que lo malo nunca nos va a pasar), solamente a partir de los 40 se empieza a vislumbrar como algo a tener en cuenta (para más adelante).

La llegada del Covid-19 puso una señal de alerta, y con el correr del tiempo comenzamos a ver cuáles son los grupos de mayor riesgo, y comenzamos a enterarnos de amigos, conocidos o compañeros de trabajo que han atravesado la enfermedad, algunos sin mayores inconvenientes, otros con el peor desenlace posible.

Y de pronto nos damos cuenta que la salud no la teníamos como prioridad número uno…

La libertad.

Otro aspecto que no valoramos fue nuestra libertad, de un día para otro aprendimos a valorarla

Para gran parte de la gente que habita el planeta éste es un derecho que de tan natural que nos parece casi no lo hemos tenido en cuenta, hasta que de un día para otro (en muchos países en forma literal) se impidió o se limitó la salida de nuestros hogares, y si bien es por motivos más que entendibles y que la mayoría de la gente los entiende como correctos, sentimos lo que es no poder disponer de nuestro tiempo e ir donde nos plazca.

Como contrapartida, se observa que mucha de la gente que pide a gritos volver a tener una vida normal poco hace para que todos podamos recuperarla dentro de lo posible, no respetando loa protocolos sanitarios y exponiéndose no solo ellos sino también a todo su entorno.

Esto trae como consecuencia inmediata el regreso de las restricciones a la circulación.

Nuestra economía personal

Este es un punto muy crítico para todos, si bien en estos momentos se nota a nivel mundial un incremento de la actividad económica lo cierto es que se ha cortado la rueda de actividad-ingreso, con las consecuencias angustiantes de quienes han perdido su empleo o tuvieron que suspender sus actividades por el riesgo que esto conlleva a nivel sanitario.

Esto agravado por el ritmo de consumo que impone la sociedad en muchos casos.

Junto con las restricciones a la movilidad surge la preocupación por nuestras finanzas

Resumiendo, si bien la situación que estamos atravesando dista mucho de ser la mejor o la más poética, y resulta totalmente angustiante, podemos tratar de rescatar lo positivo de la situación:

  • Podemos encontrarnos con nosotros mismos.
  • Nos ha permitido mayor comunicación con nuestros afectos.
  • En muchos casos ha permitido realizar sueños que sistemáticamente hemos postergado con la excusa de no tener tiempo.
  • Ha permitido que se reacomoden muchas prioridades sobre todo en lo referente a hechos afectivos o de simple consumo (desde mi punto de vista se daba mayor estatus al querer mostrar que al querer ser)

En definitiva, si bien esta situación nos sigue sorprendiendo día a día (no para bien precisamente, de momento) ha permitido que el mundo frene un poco el vertiginoso ritmo que tenemos y podamos reordenar nuestras vidas.

Ahora está en nuestras manos tomar en serio la experiencia y enfocarnos en disfrutar más lo que tenemos (inmaterial o material) en lugar de correr sin sentido solamente para consumir.

Me interesa saber tu opinión, espero me las hagas llegar dejando tus comentarios, y suscríbete dejando tu dirección de mail para estar informado de nuevas publicaciones.