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Los adultos y las ganas de aprender

Quién no tiene algún interés en un tema específico?

Cualquiera sea el tema, todos tenemos una o varias «asignaturas pendientes», ganas de aprender algo nuevo, y muchas veces por diferentes motivos dejamos para «más adelante»…

Dejando de lado los aprendizajes necesarios para nuestro desenvolvimiento laboral, siempre nos queda en algún lugar de nuestro ser aquello que siempre nos gustó, quizás nuestra vocación oculta o reprimida, quizás algo que no teníamos en cuenta y un día descubrimos.

Luego, un día, casi sin darnos cuenta, notamos que «tenemos algo de tiempo libre», o sentimos que no tenemos nada para hacer, y nos abraza algo así como un sentir de «estar aburridos»…

No importa la edad, siempre estamos a tiempo de aprender algo nuevo

Si estás en este punto hay muy buenas noticias

Es posible que estés en el momento en el cual empieza a haber un estado de balance, donde, si bien todo el trajín diario sigue estando con igual o mayor intensidad, notas que te debes un momento para estar bien contigo mismo.

¿Y entonces?

Es el momento de revisar las listas de pendientes, con especial atención a lo que nos gusta y hemos postergado.

Un curso, iniciar una carrera, algún hobbie, tocar un instrumento……

O lo que te haga sentir mejor.

Aparecen los fantasmas

Independientemente de tu edad, es muy probable que ni bien te planteas un nuevo desafío surjan posibles barreras internas para intentar sabotear tus planes.

Una de ellas (quizás la más recurrente) es: ¿Empezar algo a esta edad?

Quizás se trate de la pseudo- limitación más importante que aparece, tanto de nuestra propia persona como del entorno.

Años atrás hubiera sido un limitante tanto o más grande que cualquier impedimento físico, la consigna era luego de terminado el período escolar y convertirse en adulto no hay nada más que hacer que trabajar, no se puede aprender nada más nuevo, hoy en día vemos a diario que no es así.

Basta con buscar información respecto de actividades que se realizan a cualquier edad dentro de la etapa adulta:

  • Realizar actividad física o deportiva
  • Completar los niveles educativos que nos pudieran haber quedado pendientes
  • Tomar cursos nuevos
  • Comenzar una carrera con niveles de estudios superiores o completar la que por diferentes motivos se tuvo que dejar de lado

En cualquiera de estos apartados (u otros) lo que antes se tomaba como excepcional y era nota en periódicos hoy es bastante común, más de lo que podemos suponer.

En la línea de largada

Hagamos un breve repaso:

  • Comenzamos a sentir que hay momentos en los que estamos como «aburridos»
  • Esto nos permite deducir que en nuestro día a día disponemos de un tiempo que antes no teníamos ó no supimos ver
  • Tenemos una lista de gustos pendientes para regalarnos

Luego, no tenemos excusas, es cuestión de dar el primer paso.

Está visto y demostrado que el cerebro nunca se estanca, les dejo una nota al respecto para que vean.

Quizás todavía puedas suponer que por ser adulto se van perdiendo capacidades, según indican los especialistas esto no es cierto, lee esta nota al respecto.

Ser adulto y seguir teniendo ganas de aprender no son incompatibles, todo lo contrario.

Para recorrer cualquier camino siempre es necesario comenzar con el primer paso

Sí puede ser que los tiempos necesarios sean un poco diferentes, pero, ¿Quién nos apura?

Es cuestión de «cambiar el chip» y comenzar.

Tal como reza un viejo dicho:

«El camino más largo comienza con un paso».

En lo personal trato de no olvidarlo, me ha dado muchas satisfacciones.

Si todavía no has dado el primer paso, te invito a darlo dejando tus comentarios al respecto, y cuáles son los desafíos que te propones.

Si ya lo has dado me agradaría que compartas tus experiencias.

En los comentarios puedes realizar alguna consulta o alguna duda.

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Adolescencia tardía y nuestra intimidad

Ventajas y desventajas de los avances de la ciencia

Más allá de los inconvenientes que surgen en el día a día, somos protagonistas de grandes avances en todos los aspectos de nuestra vida, en cantidad y calidad, con un ritmo que hasta el momento no se había registrado.

Son cambios que se observan en todos los aspectos:

  • Salud
  • Tecnología
  • Sociedad

La combinación de estos tres puntos trae aparejada mejoras sustanciales en lo que respecta a calidad de vida en general.

Uno de los hechos más destacables es llegar a superar la barrera de los 50 años gozando de un estado de salud y vitalidad impensadas hace no más de 20 o 30 años.

Este incremento es bastante uniforme en todos los rangos de edades, a tal punto que hoy en día se están corriendo los márgenes hasta cuándo dura la adolescencia.

Como consecuencia, y también en parte por nuestro interés en que nuestros hijos puedan tener un mejor futuro (vía estudios) se va retrasando el momento en que toman el camino de su independencia y deciden vivir en su propio hogar.

Pero todo tiene un lado inconveniente:

Se da el caso que no terminan nunca de decidir construir su propio camino, con lo que siguen estando con nosotros.

Luego surge, sobre todo en nosotros los mayores, sentimientos encontrados:

  • Por un lado queremos que sigan en casa.
  • Por otro, hay momentos en que se siente necesaria cierta intimidad con la que se piensa «para cuando los chicos sean grandes y tengan su propio hogar».

Al hablar de intimidad me refiero a cualquier tipo de actividad que queramos realizar, sin preocuparnos respecto de horarios o planes.

Es un tema del cual se ha hablado y se habla mucho, en casi todos países del mundo, en mayor o menor grado.

La extensión del período adolescente les permite tomar determinados riesgos que pueden estar en contra de nuestro deseo de intimidad con nuestras parejas

Esto es bueno o es malo?

Es una pregunta cuya respuesta no está cerrada todavía, ya que tiene opiniones a favor y en contra.

Como puntos positivos podemos citar:

  • El apoyo que les podamos brindar les permite una mayor libertad a la hora de realizarse (por ejemplo tienen mejor identificados los contextos laboral y personal por lo que no necesariamente deben atarse a un trabajo que no los satisfaga).
  • No tienen inconvenientes en buscar oportunidades laborales en sitios lejos de su hogar.
  • Las relaciones de pareja las toman de forma diferente, cambiando el concepto de «para toda la vida»…

Como contrapartida, lo pueden realizar a sabiendas que en casa siempre habrá un lugar «por cualquier contingencia», por lo que se está expuesto a perder esa intimidad de la que hice referencia al inicio de la nota.

Somos entonces culpables de que pueda suceder algo que en el fondo no deseamos?

Más que de hablar de culpas me parece mas lógico hablar de «responsables».

¿Qué quiero decir con esto?

Aunque parezca una obviedad, sabemos que nunca los vamos a dejar librados a su suerte, siempre estará nuestro apoyo, en las buenas o en las malas.

Lo que muchas veces no hacemos es expresar claramente nuestras inquietudes a futuro, indicándoles que es su responsabilidad tomar su propio camino, y que deben asumir los resultados, sean buenos o malos, de la misma forma que nosotros lo hemos hecho en su momento (por supuesto que sabemos que aunque no se lo digamos las puertas siempre estarán abiertas).

Resumiendo

Está en la forma en que guiemos a nuestros hijos (sobre todo con el ejemplo) para que todos, de forma tranquila podamos disfrutar nuestra intimidad sin perder los vínculos familiares.

Dejemos claro estos aspectos para una mejor calidad de vida familiar.

Si tienes alguna duda o consulta, y si te ha gustado la nota házmelo saber en los comentarios.

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Salud y autonomía

Qué estás haciendo para mantenerlas?

En la nota anterior ya estuvimos analizando globalmente lo que nos preocupa a todos, en mayor o menor medida son los mismos temas

Dentro de lo que nos puede llegar a inquietar, hay dos temas que están íntimamente ligados: Nuestra salud y cómo puede verse afectada nuestra autonomía.

Mientras no tengamos ninguna dolencia damos por sentado que somos totalmente autónomos.

Incluso aunque tengamos alguna molestia (que presuponemos temporaria), agradecemos alguna asistencia sabiendo que luego de un par de semanas cuando mucho volvemos al ruedo sin inconvenientes.

Pero, (y casi todo tiene un pero), en la medida que aumentan nuestras responsabilidades a nivel familiar o bien seguimos sumando años comienza a rondar con mayor frecuencia en nuestras mentes ¿qué puede pasar si….?

Y entonces?

Empezamos a considerar que quizás no seamos eternos ni indestructibles, y muchas veces nos viene a la mente la posibilidad de no poder ser tan autónomos como nos gustaría.

Esto sumado a la realidad de nuestra sociedad: hogares de tamaño reducido (o justo), que muchas veces se tornan un lugar casi de paso, entre el ritmo de la vida diaria y la necesidad de no quedarse en los ratos libres dado el escaso espacio, sobre todo en el caso que convivan varias personas.

Con la llegada de la pandemia salieron a la luz detalles que antes no supimos o no quisimos ver en este aspecto:

Muchos de los espacios para gente que pudiera necesitar asistencia (para gente de cualquier edad, no estoy hablando de hospitales) no están preparados para estas situaciones, y los entornos familiares en la mayoría de los casos no cuentan con espacio suficiente.

Esto quizás lo hayas experimentado si tienes familiares de más edad que no pueden convivir contigo.

Si bien sabemos que en determinado momento en el futuro podremos necesitar ayuda externa para el día a día, está en nuestras manos seguir de la mejor forma posible.

Hay infinidad de fórmulas y consejos para ello, particularmente no soy de dar consejos (siempre tenemos la solución perfecta a temas que la mayoría de las veces no hemos vivido), solamente puedo sugerir en base a cosas que hago.

Me he tomado la costumbre de realizar ciertos actos que al momento me permiten tener los resultados que busco:

Los dos primeros puntos me permiten seguir con el tercero, en mi caso realizar alguna actividad física y algo de tareas manuales, también lectura o escuchar música.

Por supuesto quizás pienses «claro, es para gente que no tiene nada»…

Dentro de las posibilidades y/o limitaciones que todos tenemos, siempre podemos tomar alguna acción para mantenernos lo más autónomos que podamos ser y estar un poco mejor cada día.

En mi caso particular me permite estar en las mejores condiciones posibles, y, sobre todo, mantener una vida sin mayores complicaciones que las ya conocidas.

Visitar al médico, una correcta alimentación y actividad nos ayudan a mantener la autonomía.

También me permite que la idea de no poder ser totalmente independiente en algún momento si vaya integrando lentamente en mi conciencia, sin que me genere conflictos internos ó me absorba tanto que no me permita estar tranquilo.

Un punto muy importante a tener en cuenta es que estoy hablando de la posibilidad de poder ser autónomos en nuestra vida diaria, sea cual sea nuestra edad, y no de vida independiente, abarcan conceptos bastante diferentes aunque puedan parecer términos similares.

Con la llegada de los años, podemos seguir manteniendo nuestra autonomía dentro de las posibilidades de cada uno.

En definitiva, si bien a futuro es muy probable que pueda perder autonomía, trato de manejar todo de forma que, llegado el caso, no sea un hecho más incapacitante de lo necesario

Y tu, estás tomando alguna acción?

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¿Qué nos preocupa?

Nadie está exento de esto, sea cual sea la edad, lugar donde vivimos, posición económica o nivel cultural.

En algún momento del día salen a la luz.

Son las preocupaciones.

En general, en mayor o menor medida a todos nos rondan en la mente los mismos temas; adicionalmente este año se sumaron preocupaciones por hechos que durante nuestra vida nunca los tuvimos en cuenta o si los tuvimos en cuenta no le dimos demasiada importancia hasta que realmente empezaron a escasear para todos.

Estoy hablando de:

La salud.

La libertad.

Nuestra economía personal.

La salud.

En general nos preocupamos por ella, la mayoría un poco como un tema menor al que no se le da tanta importancia (siempre creemos que lo malo nunca nos va a pasar), solamente a partir de los 40 se empieza a vislumbrar como algo a tener en cuenta (para más adelante).

La llegada del Covid-19 puso una señal de alerta, y con el correr del tiempo comenzamos a ver cuáles son los grupos de mayor riesgo, y comenzamos a enterarnos de amigos, conocidos o compañeros de trabajo que han atravesado la enfermedad, algunos sin mayores inconvenientes, otros con el peor desenlace posible.

Y de pronto nos damos cuenta que la salud no la teníamos como prioridad número uno…

La libertad.

Otro aspecto que no valoramos fue nuestra libertad, de un día para otro aprendimos a valorarla

Para gran parte de la gente que habita el planeta éste es un derecho que de tan natural que nos parece casi no lo hemos tenido en cuenta, hasta que de un día para otro (en muchos países en forma literal) se impidió o se limitó la salida de nuestros hogares, y si bien es por motivos más que entendibles y que la mayoría de la gente los entiende como correctos, sentimos lo que es no poder disponer de nuestro tiempo e ir donde nos plazca.

Como contrapartida, se observa que mucha de la gente que pide a gritos volver a tener una vida normal poco hace para que todos podamos recuperarla dentro de lo posible, no respetando loa protocolos sanitarios y exponiéndose no solo ellos sino también a todo su entorno.

Esto trae como consecuencia inmediata el regreso de las restricciones a la circulación.

Nuestra economía personal

Este es un punto muy crítico para todos, si bien en estos momentos se nota a nivel mundial un incremento de la actividad económica lo cierto es que se ha cortado la rueda de actividad-ingreso, con las consecuencias angustiantes de quienes han perdido su empleo o tuvieron que suspender sus actividades por el riesgo que esto conlleva a nivel sanitario.

Esto agravado por el ritmo de consumo que impone la sociedad en muchos casos.

Junto con las restricciones a la movilidad surge la preocupación por nuestras finanzas

Resumiendo, si bien la situación que estamos atravesando dista mucho de ser la mejor o la más poética, y resulta totalmente angustiante, podemos tratar de rescatar lo positivo de la situación:

  • Podemos encontrarnos con nosotros mismos.
  • Nos ha permitido mayor comunicación con nuestros afectos.
  • En muchos casos ha permitido realizar sueños que sistemáticamente hemos postergado con la excusa de no tener tiempo.
  • Ha permitido que se reacomoden muchas prioridades sobre todo en lo referente a hechos afectivos o de simple consumo (desde mi punto de vista se daba mayor estatus al querer mostrar que al querer ser)

En definitiva, si bien esta situación nos sigue sorprendiendo día a día (no para bien precisamente, de momento) ha permitido que el mundo frene un poco el vertiginoso ritmo que tenemos y podamos reordenar nuestras vidas.

Ahora está en nuestras manos tomar en serio la experiencia y enfocarnos en disfrutar más lo que tenemos (inmaterial o material) en lugar de correr sin sentido solamente para consumir.

Me interesa saber tu opinión, espero me las hagas llegar dejando tus comentarios, y suscríbete dejando tu dirección de mail para estar informado de nuevas publicaciones.

Viejismo o perennials?

En estos días me llegaron por las redes diferentes campañas contra el viejismo, una palabra a la que no hace falta ser un experto para entender su significado.

Puesto a investigar un poco más en el tema, veo que es una expresión que hace por lo menos un par de años de la que se habla en diferentes notas pero que no ha tenido aparentemente una gran difusión.

Les dejo este enlace a una nota que ilustra bastante al respecto, vale la pena tomarse unos minutos para verla

El viejismo es otra de las formas de discriminación, donde en este caso el motivo es la edad de la persona atacada.

No es nuevo el hecho que la sociedad moderna hace gran culto de la modernidad, la tecnología y la presión implícita que lo que no se ve nuevo y joven debe ser descartado.

Esto se vale en la vida diaria para la ropa, calzado (¡¡¡cómo voy a salir con esto que ya tiene como un año!!!!!), el auto es viejo, el teléfono está quedando obsoleto………

Y así podemos seguir con innumerables ejemplos, con el agravante que los avances tecnológicos hacen que cada vez con mayor rapidez las cosas se vuelvan «viejas».

Te invito también a leer esta nota al respecto

En la faceta humana, es el culto a la juventud, la belleza y la vitalidad, aunque hay que reconoce que desde tiempos inmemoriales el hombre ha buscado la fuente de la eterna juventud.

Esto ha ido más allá de lo material y se traslada a nuestras relaciones, donde la edad es sinónimo de algo despreciable y molesto.

Siendo sinceros con nosotros mismos debemos reconocer que en mayor o menor medida hemos experimentado algo de esto en algún momento o hemos visto algún tipo de trato no correctos en nuestro círculo familiar con los adultos.

Si bien tratamos de mostrarnos como «avanzados» y conscientes, las sociedades occidentales no se han caracterizado en general por la cultura del respeto a sus mayores, como sucede en sociedades «menos civilizadas…»

Este destrato lo podemos ver en todos los ámbitos, incluso en el deportivo donde se descalifica muchas veces a la gente por su pérdida de agilidad corporal en lugar de hacer hincapié en la voluntad de superación y entusiasmo, incluso en actividades que se jactan de ser inclusivas.

Es lógico que cada cuerpo se desenvuelva acorde a sus posibilidades, esto también se ve en los niños donde por el contrario y por suerte cada vez se los incentiva más a participar y no se los rechaza.

Estar en forma no se contradice con nuestra edad

Independientemente de nuestra edad podemos seguir estando en forma siempre atendiendo los mensajes de nuestro cuerpo

Hoy en día nos encontramos en lo que podríamos llamar una paradoja donde se cruza el razonamiento en general de la sociedad con los avances en la ciencia.

¿Y cuál es esta?

Se encuentran por un lado el pensamiento de fondo que «lo viejo no sirve…»

Por otro lado hoy personas de 50 años o más podemos tener una calidad de vida impensada posiblemente 40 años atrás, cuando pensábamos que una persona de 50 años «era vieja y no sabía nada de las cosas de ahora….»

Quienes ya pasamos la barrera de los 50 vemos en general cuán errado es el pensamiento de la caducidad por el mero hecho del paso del tiempo ya que las capacidades físicas y mentales las conservamos muy bien.

La edad no es impedimento para hacer lo que nos gusta

Entre todos debemos dejar de lado los preconceptos referidos a que «los viejos no entienden nada….»

De este hecho también están comenzando a tomar nota en los ámbitos laborales ya que, si bien todavía en forma muy incipiente, están empezando a tener en cuenta las capacidades de la fuerza de trabajo experimentada frente a los más jóvenes, y en algunos casos se interesan en tomar lo mejor de los dos grupos para unir energías en lugar de promover la competencia.

Entonces necesitamos haber sabido inculcar en nuestras descendencias el respeto hacia los mayores, y también demostrar con el ejemplo que la discriminación por la edad no tiene ningún beneficio para nadie.

Sumar generaciones beneficia más que devidirlas

Sumando las diferentes generaciones en el ámbito laboral es más beneficioso que fomentar la separación en función de la edad, ambas partes pueden aportar puntos positivos desde su perspectiva.

Esto se puede lograr a través del respeto y a su vez teniendo nosotros especial cuidado en no discriminar («los jóvenes no saben nada, no tienen la experiencia necesaria, etc., etc., etc….»)

Resumiendo:

A través del respeto que hayamos tenido con nuestros semejantes (mayores o menores), y nuestra actitud de vida podemos cambiar la mirada que se tiene respecto al viejismo, demostrando, como decían nuestras abuelas, «viejos son los trapos….»

Lograr una gran apertura mental resulta muy beneficioso para todos, no permite crecer en todos los sentidos, tomar lo mejor de lo que nos rodea y sobre todo nos brinda la posibilidad de seguir escribiendo nuestro mañana.

En definitiva, debemos proponernos salir del esquema «Yo gano, tú pierdes» para reemplazarlo por «todos podemos ganar».

Espero tus comentarios y consultas por este u otro tema, tanto de los publicados o sobre cualquier otra inquietud que nos atañe a los perennials, tengas la edad que tengas, siempre son bienvenidos.

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