¿Nos unen o nos separan?
Ya hemos visto en notas anteriores cómo nos relacionamos con la tecnología, que no debemos temer de utilizarla, y la ayuda que fue para todos los avances en las comunicaciones y la aparición de las redes sociales (puedes leer más al respecto haciendo click aquí)
Podemos estar conectados con el resto del mundo, ya sea a nivel personal como laboral.
Al día de hoy parecería que lentamente se está volviendo a la normalidad pre-pandemia, con aperturas graduales en prácticamente todas las actividades en todos los ámbitos, y son señales que nos vuelven a colocar las ganas de socializar en nuestro cuerpo.
¿Y las redes en qué lugar quedarán?
Sabemos de antes de la declaración de la pandemia que todas las redes sociales ganaron en importancia en el uso, con enormes cantidad de usuarios activos día a día.
En el día a día se alternaba su uso con las reuniones personales como forma de socializar.
De repente se volvió casi nuestro único vínculo con todos nuestros afectos toda vez que no se podían realizar reuniones fuera del grupo de convivientes del hogar.
Se tomó como nueva forma de reunirse, realizar festejos o conocer gente.
¿Y es bueno o es malo?
Como toda herramienta, entiendo que el resultado será según el uso que le demos.
Vimos que nos permite conocer gente, relacionarnos de otra forma.
También permite que bajo un supuesto anonimato tengamos actitudes que frente a frente con otra persona posiblemente ni se nos ocurriría tener.
Todo depende de la responsabilidad con las que las utilicemos, como sucede con todo (lee más haciendo click aquí).
¿Entonces las redes nos unen o nos separan?
Justamente algo de esto pude observar hace unos días atrás, en ocasión de la caída a nivel global de Whatsapp y Facebook, dejó a prácticamente todo el mundo descolocado.
Para muchos, incluso a nivel laboral, prácticamente significó el sentirnos nuevamente aislados, casi solos en en medio de la nada.
Vi a mucha gente preocupada por no poder contactarse son alguien, con preocupación realmente sentida.
Me pareció observar que una gran mayoría invirtió los roles de las plataformas de comunicación, donde dejaron de ser un medio para convertirse en un fin en sí mismas.
Llegado este punto, incluso por lo que se publicó en los diferentes medios de comunicación, hubo un nivel de desasosiego bastante fuera de lo común, donde nos dimos cuenta que una conversación telefónica no a todos se les pasó por la mente.

Conslusión
No podemos negar que la tecnología ha avanzado muchísimo y nos ha permitido reducir distancias.
Sin embargo me parece notar que hemos dejado mucho en manos de ella en lo que respecta a nuestras relaciones, cosa que en algunas ocasiones puede resultar contraproducente.
Está en nosotros volver a lograr un punto de equilibrio entre lo real y lo virtual.
Deja tus comentarios al respecto, tanto si opinas de forma diferente o estás en mayor o menor medida de acuerdo con la nota en base a tus experiencias.
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